miércoles, 11 de mayo de 2011

MAL DE ESCUELA: “La conversación entre dos viejos amigos"




Primer día de clase para dos profesores jóvenes en el mismo instituto. Amigos, pero hace tiempo que no sabe él uno del otro. Se conocieron durante su formación universitaria pero luego por razones regionales fueron perdiendo el contacto. 

- José: Tú eres Carlos, ¿verdad?
- Carlos: Si, estudiamos juntos en Valencia, ¿no es así?
- José: Claro, cuanto tiempo viejo amigo, ¿Qué es de tu vida?
- Carlos: Pues nada nuevo, haciéndose uno mayor. ¿Y tú? ¿Cómo te ha ido desde entonces? No te he vuelto a ver el pelo desde que terminamos quinto.
- José: Bien, bien, la verdad. No me puedo quejar. Al menos trabajo siempre he tenido. (Risas)
- Carlos: (Risas) Menos mal que al menos en ese aspecto, hemos tenido suerte.
- José: Sí, porque con los alumnos no puedo decir lo mismo.
- Carlos: Bueno, siempre hay buenos y malos.
- José: Sí, sí, yo creo que el primer día que entras a la clase, es fundamental.
- Carlos: (Risas) La verdad es que sí. Aunque ellos también se asustan.
- José: Yo he tenido alumnos que me llegaban a decir que la Educación Física no servía para nada, que por qué tenían que correr si ellos iban a hacerlo todo caminando.
- Carlos: Los chavales de hoy en día no saben apreciar  el esfuerzo que hay que hacer para conseguir las cosas.
- José: Sí, eso es verdad. Y además, cuesta muchísimo hacerles ver que todo aquello que hagan es por su bien.
- Carlos: Ah, y no sé tú, pero a mí me cuesta mucho con aquellos alumnos que se les mete en la cabeza que tal cosa no la saben hacer, y que nunca sabrán hacerla por mucho que lo intenten.
- José: Huy!!! De esos he tenido yo a montones, y eso que solo llevo 6 años en la docencia.
- Carlos: A mí algunos llegan a darme lástima, porque en muchos de esos casos son los propios compañeros los que provocan, sin darse cuenta, que sean tan suspicaces.
- José: ¿Sólo los compañeros? Yo he tenido alumnos que su mayor problema han sido sus padres.
- Carlos: Sí, pero ya sabes cómo son los padres, sus hijos siempre pueden hacer           un poco más.
- José: Ya, pero eso pasa con aquellos que son buenos en el deporte.
- Carlos: ¿A qué te refieres?
- José: A aquellos niños que se les da bien un deporte pero que por la cabezonería de sus padres, siempre terminan por abandonar toda práctica.
- Carlos: Ni que lo digas, siempre están los típicos padres que quieren que sus hijos lleguen donde ellos no pudieron llegar.
- José: Parece que los metan en una olla a presión. Pobres niños.
- Carlos: Yo muchas veces, en mis clases, intento enseñarles y hacerles ver que un deporte no sólo se practica para ganar, sino que también hay otras formas de concebirlo.
- José: Eso es verdad, aunque lo más difícil para mí es involucrarlos en la clase.
- Carlos: ¿Sí?
- José: Sí, sí. Me refiero a que en muchos sitios los alumnos piensan que hacer educación física es jugar a algo. Y cuando les dices que vas a hacer tal o cual actividad y no la conocen o no la dominan, es muy complicado hacerles partícipes de la clase.
- Carlos: Tienes razón, es una tarea un poco complicada. Pero ahí es donde más disfruto          yo. Si consigo que mis alumnos disfruten de la clase, me voy a casa con una sonrisa de oreja a oreja.
- José: Eso es verdad, la mayor satisfacción de un profesor es irse a casa orgulloso de su trabajo. Y… ¿Qué me dices de los alumnos buenos? Es que siempre acabamos hablando de los alumnos más “zoquetes”…
- Carlos: Esos alumnos los llamo alumnos golosina, son los que siempre cuando acabas la clase te dejan una sensación dulce, pero creo que los más necesitados son los alumnos “zoquetes”, los golosina solamente hay que orientarlos para que sigan el camino que ya llevan…
- José: Es verdad, con los que hay trabajo es con los zoquetes, a esos son los que hay que exprimir y ayudarles a que no tengan miedo. Además si una cosa he aprendido ha sido que estos alumnos aprenden practicando.
- Carlos: Claro que sí, yo tuve un profesor que me decía que para aprender literatura era necesario leer, para aprender ortografía era indispensable escribir muchos textos, yo he cogido esta metodología y la he aplicado en mis clases de educación física.
- José: Eso que te dijo tu profesor me suena a un autor que leí hace tiempo, creo que se llamaba Arnold. Hablaba sobre tres dimensiones sobre el aprendizaje de la educación física y una de ellas era esa parte práctica de la que estabas hablando.

¡¡¡¡RINGGGGG!!!!

- Carlos: Bueno José, a ver si podemos quedar en la media hora del patio y seguimos hablando de esto que me parece un tema muy interesante
- José: Eso esta hecho, me parece una idea fantástica.

sábado, 7 de mayo de 2011

MAL DE ESCUELA: “Lo que quiere decir amar"


             
            En el sexto y último capítulo, me ha recordado a un pasaje de este libro que ya he leído, me refiero al cual menciona los profesores    que le han ayudado a lo largo de su estancia por el colegio. En este capítulo menciona a tres profesores que le han ayudado, pero en su periodo de preparación del bachillerato.

            Una de las aportaciones más importantes, bajo mi punto de vista ha sido el trato que hay que tener con los alumnos buenos y “menos” buenos, es decir, un trato de igualdad, para convencerlos y despertar en ellos la curiosidad de aprender.

            Hay un apartado que me ha hecho pensar sobre la preparación de un profesor. ¿Cuándo salgamos de la carrera, seremos completamente capaces de “enfrentarnos a un clase de “x” alumnos, para aportarles nuestros conocimientos, o por el contrario, como dice Pennac, empezaremos a poner “pegas”, como por ejemplo: “No me han preparado para esto”?

            Finalmente, me ha parecido gracioso y a la vez interesante, el término de alumnos golosina, pienso que siempre habrá más alumnos “zoquetes” que alumnos golosina. Es aquí donde aparece la figura del profesor para reducir el número de “zoquetes” y formales como personas, para que algún día, estos puedan recordarles y solo algunos seguir el mismo camino que el del autor, es decir, una profesión que “salva” vidas.

lunes, 2 de mayo de 2011

Descubriendo a Forrester


     Había visto esta película hace años, y hoy la he vuelto a ver por la televisión. Pienso que es una película muy interesante, os la recomiendo.

MAL DE ESCUELA: “Maximilien o Culpable ideal"


En el quinto capítulo de Pennac, me ha sorprendido el comienzo, el encuentro con Maximilien, ya que el autor actúa de una forma que no concierne a su comportamiento, o mejor dicho a su ideología. Durante la lectura del libro me estaba convenciendo de que hay que tener paciencia con el mal alumno, que hay que guiarle por el camino correcto. Pero he bajado a la realidad, en verdad no es así, hay muchas veces que un comportamiento así sirve para que el alumno reflexione solo, piense sobre las palabras del “viejo”, la voz de la experiencia.

Luego el autor, se recrimina que no ha hecho lo correcto, ya que su modo de pensar no es ese. Bajo mi punto de vista, pienso que si que “puede” haber hecho lo correcto, me refiero cada “Maximilien” es un mundo, habrá “malos alumnos” que sea el estímulo perfecto para que respondan y habrá que ni se inmuten.

Otro aspecto, que me ha llamado la atención, ha sido la manera en que aborda el tema de las marcas, me parece correcto, muchos jóvenes de hoy en día (incluyéndome a mi), no somos conscientes de la publicidad en que estamos sumergidos, esta reflexión me recuerda al tema de la libertad, y siempre llego a la misma conclusión, para nada somos libres ¿Por qué? Porque siempre en nuestras decisiones estarán influenciadas en publicidad, en personas externas, en circunstancias de ese mismo momento, en sentimientos de ese instante. Y la pregunta que me hago después de leer el fragmento del libro y esta reflexión es: ¿Cuándo seremos libres? ¿Cómo tenemos que elegir nuestras decisiones para que no estén influenciadas en nada ni nadie?

MAL DE ESCUELA: “Lo has hecho adrede"


           En el cuarto capítulo de Pennac, me ha parecido muy interesante para comprender al “mal alumno”, como dice Vercors (compañero de Daniel, que en una época también fue un alumno desastroso).

En este breve relato, trata de la intencionalidad del “lo” explicado en el capítulo anterior, dentro de la frase: “Lo haces adrede”. Parece ser, que esta frase tiene un poder acusatorio extremadamente potente ya que lo utilizamos los adultos para trasmitir ese sentimiento de culpabilidad, por voluntariedad al  alumno, hijo/a, cuando hace algo mal.

Seguidamente ha hecho un paréntesis donde ha hablado sobre el sentimiento de exclusión y la relación entre genio y zoquete, (Daniel Pennac y Picasso, con sus diferencias y similitudes).

Me ha llamado mucho la atención, la forma de hablar del autor, referente a al evolución del vocabulario en los jóvenes de hoy, interrelacionando con la pobreza del país. Una de las frases que me ha obligado a leerla varias veces para intentar comprenderla de una forma integral, es decir, de una forma totalitaria, sabedora y práctica, es: “La jerga del pobre de hoy es el argot del pobre de ayer […] Para hacer creer al rico que tienen algo que ocultarle”.

Para acabar, estoy totalmente de acuerdo con el autor, en que sobretodo a los jóvenes, los tacos, solo existen si están escritos, ya que de forma oral parece ser que se conviertan en una palabra más. A mi parecer, me ha resultado incómodo leer este pequeño fragmento del autor.